Para decorar galletas se puede hacer con glasa real o bien con fondant, para mí lo mejor es la glasa, primero por su sabor, sus ingredientes y porque es mucho más agradecida a la hora de decorar. Lo más importante para que salgan bien y bonitas las galletas es la consistencia de la glasa que vamos a utilizar.
Mucha gente piensa que primero hay que utilizar una glasa espesa para el delineado y luego rellenar con una glasa más líquida pero eso pasó a la historia; quedan feísimas las galletas con borde y además es una pérdida de tiempo.
Para el delineado y rellenado yo utilizo la misma glasa, la de 10 segundos (cuando veáis los vídeos más abajo sabréis de lo que hablo) y luego para detalles que necesitan quedarse quietos como líneas o formas especiales utilizo la de 20 segundos.
Lo primero es tener la receta perfecta de royal icing, aquí la tenéis. Luego, una vez tengamos la glasa madre (es de consistencia súper espesa), le añadiremos agua hasta conseguir la consistencia deseada:
royal icing de 20 segundos
royal icing de 10 segundos
Los segundos son cuando tienes la glasa en un bol, le pasas un cuchillo a través y lo que tarde en desaparecer la marca que has hecho (20 ó 10 segundos) esa es la consistencia que queremos.
Si quieres que la glasa sea más líquida, añade más agua, si quieres que espese, añades más glasa madre. Y así hasta conseguir la consistencia que quieras.
Sobre todo, tápala enseguida con papel film pues se seca enseguida! Yo la pongo en un tupper con papel film y su tapa.
Aquí tenéis los vídeos de las consistencias de glasa para decorar galletas:
