18 enero 2016

Bolas energéticas fitness, veganas




Para los que me seguís en snapchat (mi usuario: carolinaskitche) seguramente estaréis hasta los mismísimos de verme cada día yendo al gimnasio, pues sí, es lo que hay, últimamente hago más deporte de lo que cocino y mis lorzas empiezan a pasar a mejor vida, y es que después de cuatro años y medio sin apenas pisar el gimnasio, he vuelto a mis andadas, pero señores, más y mejor. Porque una cuando tiene una edad, y no está por gilipolleces, va per feina (como diríamos en mi pueblo), y eso significa que cuando quieres algo, solo hay que quererlo, porque la vida te ha hecho fuerte y terca como una mula y como no tienes tiempo ni de pensar, pues actúas. Acción-reacción babies. ¿Quiero estar sana y tener un buen cuerpo? Pues hago ejercicio y como sano. No hay más.

*** ENGLISH RECIPE AT THE BOTTOM OF THE POST *** 

Y aquí estoy, entrenando a diario y comiendo más sano imposible. Y no me refiero a hacer régimen ni esas chorradas, no, me refiero a no comer mierda, que al fin y al cabo es lo que hace que tu cuerpo empiece a tomar formas extrañas y a crecer por lugares inhóspitos, sí sí, que si no vas al gimnasio y comes donuts te salen michelines en el sobaco, os lo digo yo.

Sopa de setas, cebolla y salsa de Soja, receta de invierno

Despertarse antes de que lo haga el sol, con los cristales de las ventanas completamente empañados y una niebla que apenas permite ver el jardín y un frío pelón… poner un par de troncos en la chimenea, poner café en la cafetera y abrir las ventanas para que los demás se despierten con la salida del sol… esto han sido vacaciones de verdad. Estos días en la montaña han sido completamente renovadores, he podido cocinar como a mí me gusta, despacio, a fuego lento y con olor a leña. Eso no quita que no haya días de prisas, días en los que tenemos que ir a patinar sobre hielo o jugar en la nieve con amigos y tenga que cocinar platos en diez minutos. Hoy comparto con vosotros mi último descubrimiento, esta sopa de setas y cebolla con salsa de soja.

Una receta perfecta para estos días de frío en la montaña es esta sopa de setas con salsa de soja. Es facilísima de preparar y está deliciosa, podéis poner las setas que queráis, yo he utilizado champiñones, setas ostra y shiitake, que son las que indica en la receta y las que encontré en el supermercado de aquí pero podéis ponerle las que más os gusten. Y sobre todo el toque de la salsa de soja, últimame me da por ponérsela a casi todas las sopas que hago, le da un toque oriental que me encanta.

15 enero 2016

Galletas de avena veganas

Soy una de esas personas que no se puede estar una hora sin comer algo, lo confieso. Esto ha sido una de mis mayores perdiciones que me ha llevado por el camino de la amargura desde que era una niña. Cuando vivía con mi madre siempre me estaba regañando porque tenía la cabeza metida dentro de la nevera, buscando a saber qué que me llamara la atención para llevarme a la boca, ji ji; solía pillar desde una tarrina de medio kilo de helado entera a un bote de Nutella (por muy vegana que fuera) o una bandeja entera de macarrones con tomate a las seis de la tarde. Por suerte o por desgracia, una ya no tiene quince años y el cuerpo pues te pide, o exige, que comas otras cosas, más que nada que antes no engordaba un gramo y ahora no bajo ni medio. Y aquí estoy, exprimiéndome la cabeza todos los días para sustituir estos antojos que me dan a diario por snacks saludables y beneficiosos para la salud. Y aquí una de mis recetas predilectas, estas galletas de avena veganas, adaptadas con moras que cogimos nosotros mismos en Camprodón un fin de semana de otoño.

Fue un fin de semana muy especial, mi querida amiga Berta (propietaria y creadora del restaurante Parking Pizza, que os recomiendo muy mucho que probéis - pronto colgaré un post con fotos y mi opinión). Fuimos mi hijo Lucas y yo a su casa en Camprodón, fue uno de esos fines de semana en familia, con paseos, comilonas, horas en la cocina, caminatas por la montaña... Y lo que más me gusta del mundo: ir a lo alto de una colina antes de que salga el sol para ver el amanecer. El día que lo hicimos estaba el cielo bastante nublado y no vimos la salida como nos hubiera gustado pero fue igual de mágico. Mi hijo quiso acompañarnos a Berta y a mí y como un campeón se despertó a las 6 de la mañana con nosotras y subimos con un petardo en el culo para disfrutar de ese momento de luz mágico, al que no iguala ninguna puesta de sol.

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12 enero 2016

Barracuda, restaurante a pie de playa en Castelldefels







Vivir en Barcelona es un privilegio y un lujo, un lujo al alcance de muchos. Solo tenéis que ver estas imágenes. Una terraza con olor a mar y tacto de arena, una puesta de sol con infinidad de tonalidades, una copa de Cava, rumor de oleaje, muchos silencios en invierno, ajetreo playero en verano, olores que se recuerdan con los ojos cerrados... Todo esto lo tenemos a dos pasos de Barcelona, y tiene un nombre: Barracuda, el restaurante a pie de playa de Castelldefels.

Desde que era una niña, siempre he ido a la playa de Castelldefels con mi familia materna. Sus playas están a tan solo quince minutos de Barcelona y tiene varios restaurantes con un pie en la arena. Recuerdo con especial cariño el restaurante Patricio, que por una de estas leyes incomprensibles fue derribado y con él se fueron las imágenes de mi abuelo fumando su Habanos y comiéndose un helado Comtessa mientras mi hermano y yo hacíamos las clásicas mezclas de café con ceniza, aceite de oliva y tropezones varios que encontrábamos por la mesa y mi abuelo, muy digno él, se bebía y de verdad ante nuestros ojos atónitos.