11 marzo 2020

Historia de nuestro parto en casa


Sé que hace mucho que os prometí este relato, demasiado. Hoy hace exactamente dos años que nació Maia. Un 11 de junio, a las 6:09 de la mañana, salía de dentro de mí tras una última contracción, mágica y poderosa, en casa, en el agua.

Después de tener a Lucas, 8 años antes de este embarazo, de forma totalmente natural y respetada, con la única mirada atenta de su padre, la comadrona y Ginecologo como meros espectadores, decidí parir igual pero en mi casa. Y así fue.

Lo primero que tengo que decir es que busqué al mejor equipo de comadronas que podía encontrar, Titania-Tascó.  Desde que fui a verlas supe que pariría con una de ellas, en una piscina de partos en casa. Lo tenía claro y Yago me acompañó en mi decisión. Como es de imaginar, familia y amigos se echaban las manos a la cabeza, no les culpo, el desconocimiento sobre el tema es tan grande y el miedo que nos han metido sobre los partos es tal, que no puedo culparles. Pero ya tenía 38 años, un parto anterior perfecto sin epidural a mis espaldas y un embarazo de bajo riesgo así que no había otra opción en mi cabeza.